Especialmente curioso después del sueño que tuve anoche y os he transcrito por aqui, disfrutarlo, leerlo (si podéis y como siempre me interesa vuestra opinión
Estoy flotando en una piscina inmensa llena de un líquido
rojo. Parecido a lo que podría ser agua con arcilla, similar a la sangre pero
sin sus olores ni su tacto.
Me encuentro haciendo el muerto, tumbado bocarriba mirando
al cielo. Un cielo rojo y anaranjado sacado de la más vivida ensoñación. Mis
manos están estiradas al igual que mis pies, de tal forma que da la impresión
que estoy crucificado.
La única diferencia con la crucifixión es que yo tengo
libertad de movimiento para poder impulsarme con mis brazos como de hecho hago.
Me impulso suavemente, sin apenas esfuerzo dejando que el líquido rojizo fluya
entre mis manos y acaricie mi cuerpo desnudo.
Cuerpo que no es el que suelo ver, de un color rojo
profundamente oscuro es salpicado por el fluido que lo rodea y se vuelve más
oscuro en cada impulso; en cada salpicón y humedecimiento de la piel.
No sé cuánto tiempo transcurre hasta que simplemente me canso
de impulsarme, siempre mirando hacia arriba. De forma que vuelvo a hacer el
muerto, disfrutando de la sensación de relax que produce en mi.
Al rato de disfrute y distensión muscular y mental. Algo
aferra mi mano derecha. Dándole un fuerte tirón hacia abajo.
Tampoco sé cómo, pero llego a la conclusión de que esa mano
negra no es otra cosa que la locura. Locura que me sumerge en el agua, al
principio sin introducir mi cabeza.
Hasta que encuentro placentera también esta postura pese a
lo violenta y tensa que hay en ella. Y de repente, el estirón de la mano
aumenta de intensidad. De forma que sumergida queda de igual forma que el resto
de mi cuerpo mi cabeza.
Pese a todo sigo encontrando relajante y gozosa esta
situación, permitiendo que esa mano negra me empuje hacia abajo sin que yo
muestre ninguna resistencia. Aunque por mucho que tire no llega a hundirme
completamente, es como si me quisiese flotando a un centímetro de la
superficie, igual que un juguete de plástico que se encuentra a la deriva
pasivamente o como una bolsa del mismo material.
De repente mi mente vuelve a reaccionar, y me percató de la
autentica situación. Del peligro que corro, así que rápidamente intento salir
de mi sesión de buceo involuntaria con mi brazo izquierdo por ser el único que
puedo mover. El cual se había vuelto de un blanco brillante en contraste con el
derecho que ahora era una luz negra.
Sigo sin ser capaz de asimilar como logré emerger a la
superficie. La cosa es que cuando lo hice jadeante y echando el agua rojiza por
la boca mi primer impulso es nadar hacia la orilla. Impulso que más tarde es
corroborado por el despertar de mis sentidos. Quienes me gritan que ese olor,
sabor y tacto es el de la sangre.
Otra falta de pensamiento lógico se encuentra a como llegue
a subir al bordillo de la piscina y lo que vi una vez me encarame y me senté en
él. Mi cuerpo empapado de sangre e incluso pegajoso no tenía fuerzas para salir
corriendo, ni si quiera para girar la cabeza y apartar la vista de lo que ella
captaba. Incluso me costó darme cuenta de que mis brazos volvían a tener el
mismo color que el resto del cuerpo.
Ante mi se encontraban dos copias exactas de mi mismo, desprovistas
de pelo alguno. Una completamente negra salvo sus ojos y sus afilados dientes
(mejor dicho fauces) del más brillante de los blancos. Mientras que la otra era
su antítesis, completamente blanca y con ojos y fauces de un negro casi
luminoso.
Ambas se encontraban peleando y nadando en la piscina. Hasta
que se abrazaron mutuamente en el centro exacto de ella. Y se mantienen en el
aire durante unos cinco segundos. Durante los cuales la figura negra aprovecha
para morder el hombro derecho de su enemiga.
Cuando vuelven a surgir en medio de chapoteos violentos y
furiosos en agua de la piscina de
sangre. Pude ver como ambas figuras se estaban devorando mutuamente. Dejando
ver su musculatura palpitante por medio de zonas sin piel, que había sido
arrancada de su correspondiente lugar.
Apenas unos breves instantes duro esta imagen, por que
volvieron a sumergirse mientras hundían sus bocas en el cuerpo de sus enemigos
desgarrando carne. Pasaron unos minutos, no sé si muchos o pocos, hasta que me
percate de que ambos estaban muertos y no respirarían más.
Un parpadeo después y lo único que se, es que yo había
vuelto a hacer el muerto en la piscina. Esta vez, mientras trozos de carne,
torax y huesos salían a la superficie a mi paso.
Mientras mi única certeza es que yo estaba vivo y respirando, además de disfrutando
Mientras mi única certeza es que yo estaba vivo y respirando, además de disfrutando